

Cuándo en un día en el que todas las previsiones metereológicas preveen fuerte temporal de viento y nieve, te responden cincuenta y dos personas y veintisiete vehículos, no cabe sino empezar dando las gracias a todos por su asistencia, en especial a aquellos que vinieron de puntos tan dispares como
Fernándo Hernández desde Ávila con su impresionante R5 turbo 2,
Vicente Salas y un nutrido grupo de jóvenes con sus Renaults Sport y otro mágnifico R5 turbo 2,
Iñaki Amondaraín desde Bilbao, nuestros incodicionales amigos de los Clubs Franceses
“R5 Alpine” de Arbonne y
“ECURIE” de Getary, con sus R5 Alpines turbo, Spider, Porsches, Fiat Abart, Ford Mustang, Jaguar…, y las motos guía pilotadas por
Lecumberri y
Errazkin con gran destreza, así como al
Ayuntamiento de Goizueta, a
Iñigo y José Antonio Lujambio de la sociedad de la citada localidad
“Umore Ona”, y a la
sidrería Gartziategi. El día 5 de marzo amaneció frío y oscuro, y la
RUTA DE LA SIDRA partió desde Anoeta, San Sebastián, camino a Goizueta, adentrandose por la sepertenteante carretera que acompaña al río Urumea y atravesando cerrados bosques de Ayas. En Goizueta nos esperaba un caliente caldo, chorizo y carne cocida, ofrecidos en la sociedad Umore Ona por los Lujambio, y que nos hizo reponer fuerzas para continuar por la ascensión del puerto de Ezkurra, donde la nieve nos esperaba e hizo que los participantes se divirtieran provocando pequeñas “cruzadas” a sus vehículos. El descenso se tomo con precaución hacia Santesteban, donde el sol apareció en el cielo dando luz y color a nuestra peculiar caravana, y ya no nos dejó hasta el final de la excursión, que continuó hacia Lesaka, para subir los preciosos puertos de Aritxulegi y Agiña, donde todos (los R-8 de
Villameriel, Aginaga, Ceniceros, Uncella, los A110 de
Arruabarrena, Crespillo, Sanchez, el Renault Sport de
Mario, el R5 Alpine de
Fabien Fuello, el Fiat Abart de
Michel Larripa… y mi A310gt en pugna con los Porches del Club Ecurie) desahogamos los carburadores y disfrutamos de una magnifica subida de paisaje inmejorable a bordo de nuestros vehículos. Y para desahogar el apetito nos esperaba en la rústica
sidrería Gartziategi un apetecible menú de sidrería, buen ambiente y animada tertulia
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