Hubo un tiempo en el que el propietario de un A110 buscaba más potencia que la que le proporcionaba su motor de cilindrada relativamente reducida, algo que compensaba con un peso contenido y un chasis excepcional, que hacía de su conducción un auténtico placer, demostrando sobradamente en competición su poderío frente a vehículos con mecánicas más potentes. Sin embargo, surgieron “experimentos” como el Alpinche o el Alpine-seat, con motorizaciones Porsche y Seat; También hubo quién quiso tener en su Alpine otro tipo de vehículo, cambiándole la estética y tuneándolo para convertirlo en un Porsche 911. Hoy, sin duda, transformar la lograda línea del A110 y su inconfundible perfil, a más de uno le parecería una aberración, un auténtico delito. El reportaje, de una revista del año 1991 (quizá en esa época el A110 estaba infravalorado y de ahí el tener una pretensión diferente con él…) llamada Cromo&Fuego, nos lo remite nuestro socio Txetxu. Afortunadamente, como se puede comprobar en una de las fotos, actualmente ese A110 ha recuperado su aspecto original.
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